Add parallel Print Page Options

Del fruto de su boca el hombre comerá bien: Mas el alma de los prevaricadores hallará mal.

El que guarda su boca guarda su alma: Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

Desea, y nada alcanza el alma del perezoso: Mas el alma de los diligentes será engordada.

Read full chapter